Hoy, cuando la pandemia y el aislamiento han generado en la gente sensaciones de ansiedad, estrés y depresión, surge la necesidad de encontrar opciones de viaje que las contrarresten y, en su lugar, provoquen sentimientos de paz, relajación y conexión contigo mismo.
Hacer un viaje que combine la emoción del rappel o descenso vertical, que haga fluir tu adrenalina y, en contraste, eleve tu energía y alimente tu espíritu, es la mejor terapia con la que lograrás un estado de completa libertad, bienestar y paz interior, en sincronía con la naturaleza.
Tepoztlán, uno de los dos Pueblos Mágicos del Estado de Morelos tiene fama internacional por ser un destino holístico por su campo energético que proviene de su majestuosa sierra del Tepozteco, que forma parte del corredor biológico Chichinauhtzin. Es el escenario idel para practicar ambas actividades que generen en ti sensaciones nuevas, experiencias transformadoras.
De la aventura a la conexión con tu ser interior.
Vivir una experiencia de turismo de aventura, combinada con actividades “mindfulness”, es hacer turismo transformador, en armonía y contacto con la naturaleza. Si te gustan los retos, atrévete, seguro lo disfrutarás.
Tepoztlán y sus alrededores ofrecen al visitante múltiples opciones para salir de la rutina, explorar senderos, cañones y acantilados, desde donde podrás tener espectaculares vistas dignas de perpetuar en tu memoria y en una fotografía.
Si quieres huir de aglomeraciones, eres de espíritu aventurero y amante de emociones fuera de lo común, atrévete a explorar un acantilado en un descenso seguro, bajo la supervisión de guías experimentados.
Rappel en el Sendero de los Dioses.
En el momento en que reservé y confirmé mi participación, NATO Experiences me envió un video de bienvenida con las indicaciones generales y sugerencias de vestimenta apropiada para realizar esta experiencia. Para cumplir con los protocolos sanitarios, me aseguré de llevar cubrebocas, gel antibacterial y guardar la sana distancia. Los guías también cumplen con estas medidas durante todo el recorrido.
Comenzamos la aventura a las 9.00 am en punto en el sitio de reunión pre-establecido en Tepoztlán, a donde puedes llegar en tu automóvil o en transporte público. En ese lugar pudimos estacionar el auto y ahí nos proporcionaron el equipo, consistente en arnés, casco y guantes, necesarios para el descenso.
Una vez equipados, nos trasladamos al pie de la montaña en transporte proporcionado por la empresa, en un recorrido de 10 minutos aproximadamente.
Descendiendo del transporte caminamos durante 15 minutos hasta el mirador, desde donde pudimos admirar el paisaje con el pueblo debajo de nosotros y, en la montaña, ubicada en el lado opuesto, justo frente a nosotros, la gran pirámide del Tepozteco.
Desde ahí también pudimos observar el inicio del camino hacia la pirámide, sitio en donde se encuentra la Cruz de Axitla, que indica el lugar en donde fue bautizado Tepoztécatl, rey de Tepoztlán y convertido al cristianismo por Fray Domingo de la Anunciación.
Llegamos a la entrada del cañón donde los expertos guías nos dieron instrucciones y medidas de seguridad para el descenso que se realiza en tres recorridos de diferente altura: uno de 4 metros, el siguiente de 15 y por último, el de 20 metros.
El primer descenso es el de 4 metros, para familiarizarnos con el uso correcto de las cuerdas, el arnés y la posición correcta para adquirir confianza y, de esta manera, sentirnos seguros en cada movimiento. Los instructores siempre estuvieron atentos para apoyarnos y darnos indicaciones.
Continuamos el recorrido a través de una cañada prácticamente virgen, rodeada de selva baja caducifolia, una especie de vegetación que habita en esa zona y en otras regiones del Estado de Morelos, en donde nos abrimos paso entre rocas y árboles para salir de este noble cañón, hasta terminar el tercer descenso.
Durante el trayecto pudimos admirar espectáculos de la naturaleza como el vuelo de un águila, hermosos paisajes y pinturas rupestres realizadas por pobladores primitivos de esa región.
En temporada de lluvias, de julio a octubre, estos rappeles se realizan a través de cascadas que descienden por el cañón.
Al terminar el rappel, nos esperaba una relajante experiencia holística.
Después de un breve descanso, nuestra terapeuta y guía de meditación, Gisela, nos tenía preparada una sesión de meditación, en medio del cañón, en un espacio que provoca paz, en literal contacto con la tierra, escuchando los sonidos de la naturaleza, sintiendo correr el viento y respirando profundamente para hacer consciente ese momento en donde superamos límites y logramos vencer el miedo a las alturas.
Esta experiencia no se puede describir, tienes que vivirla, tienes que sentirla.
Después de la meditación, nos dispusimos a disfrutar un delicioso lunch gourmet, incluido en el tour.
Así termina un día de experiencias memorables con el deseo de volver a vivir alguna de las múltiples experiencias de turismo de aventura que ofrece Nato Experiences. Pregunta por los siguientes destinos.
Para conservar para siempre el recuerdo de esta experiencia en rappel, Nato Experiences te envía fotografías profesionales de cada momento del descenso. Será divertido y emocionante compartirlas con tus amigos.
El rappel es un deporte ideal para poner a prueba tus habilidades ya conocidas; si no lo has hecho, podrás descubrir de lo que eres capaz.
El regreso del cañón al punto en donde estacionamos los autos fue caminando, en un recorrido de 20 minutos.
Para cerrar con broche de oro nuestra visita a Tepoztlán, decidimos caminar por sus calles empedradas y, de pronto, nos surgió el antojo de comer algo típico del lugar por lo que nos dirigimos al mercado en donde llegamos a un singular establecimiento: Nonantzin, cocina prehispánica, atendida amablemente por Doña Silvia, quien nos explicó su variado y singular menú de Tlaltequeadas o gordas de comal, preparados con deliciosos y saludables ingredientes como chaya con zanahoria y flor de calabaza, albóndigas de quinoa y siete cereales, jamaica con pétalos de rosa de castilla y muchas combinaciones que son un deleite al paladar. Todo preparado sin harina, sin huevo, sin aceite y sin sal.
No podíamos irnos sin probar los itacates, que son un antojito típico de Tepoztlán. Así terminamos nuestro viaje, con un agradable sabor de boca.
Acepta el reto de poner a prueba tu condición física, vencer tus límites, poner el ejemplo del respeto a la naturaleza y hacer del turismo una actividad sustentable que puede transformar tu vida y la de los demás porque hoy más que nunca, tu viaje contribuirá a reactivar la economía y a la generación de empleos.
Contacta a Nato Experiences y reserva tu lugar en su próximo tour.
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